Con una historia a sus espaldas de ocho décadas, el año que viene le tocará despedirse al Volkswagen Beetle, que dejará de fabricarse, según ha anunciado la compañía alemana, dejando algo huérfanos a la gran cantidad de entusiastas que el icónico modelo se ha granjeado a lo largo de su agitada trayectoria.

Los motivos que ha aducido la empresa son, por un lado, el drástico descenso de las ventas del Beetle, en favor de otro tipo de vehículos muchos más al alza en el mercado actual, como los compactos y todocaminos. Por otra parte la estrategia de Volkswagen pasa por una profunda y progresiva transformación hacia los modelos de coche eléctrico que es en lo que se van a centrar durante los próximos años.

Tras varios prototipos de desarrollo, en 1938 se presentó el modelo final: el Serie 38 o Kdf-Wagen que fueron sus primeros nombres oficiales, aunque rápidamente pasó a hacerse mucho más conocido por su mote “beetle” (escarabajo) con el que le bautizó el periódico ‘The New York Times’. También tuvo otros sobrenombres como “bug” (insecto) o, en Alemania, “käfer” (escarabajo en idioma germano), pero no alcanzaron la misma repercusión que el que se convirtió ya para siempre en su nombre oficioso y, años más tarde, oficial.

Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1946 volvió a operar la factoría de Volkswagen en Wolfsburgo y allí se inició la producción en serie. Tres años después, en 1949, empieza la expansión internacional del Beetle, coincidiendo con el Modelo Export y con la fabricación más allá de Wolfsburgo. Se abren fábricas en Irlanda, Sudáfrica, Bélgica, Australia, Nueva Zelanda, Brasil y México. En estos dos últimos países e donde su producción más se prolongaría en el tiempo. De hecho, está previsto que las últimas unidades del Beetle que se despachen el año que viene salgan de la fábrica de Puebla. Es tal la devoción de México hacia el ‘escarabajo’ que un enorme porcentaje de la flota de taxis de Ciudad de México son de este modelo desde hace muchos años.

En los 20 años siguientes a su lanzamiento, el coche apenas cambió y en 1955 se logró fabricar el primer millón de unidades. ¡Todo un logro para la marca alemana! Fue durante la década de los 60 cuando la ventana oval trasera aumentó de tamaño y adoptó una forma más cuadrada, al tiempo que se introdujo una nueva gama de motores. Eso sí, la inconfundible silueta del ‘escarabajo’ se mantuvo intacta.

Gracias a la película ‘The Love Bug’ (1968), traducida en España como ‘Ahí va ese bólido’, el Beetle se convirtió también en estrella de cine, gracias a Herbie, el coche con vida propia protagonista de la cinta, que era comprado de segunda mano y acababa convirtiéndose en un coche de carreras. Puede resultar un argumento algo delirante, pero ¿a alguien se le ocurre una mejor promoción para un automóvil? El celuloide, cómo no, también cayó rendido a los encantos del Beetle.

El diseño volvió a modernizarse durante la década de 1970, provocando que el extremo frontal fuera más voluminoso e introdujera un parabrisas curvo,ofreciendo también más espacio en el interior. Ése fue esencialmente el modelo que continuó en producción hasta 2003, cuando Beetle original y clásico dejó de fabricarse. Para entonces ya tenía relevo: el New Beetle que había comenzado a venderse en 1998, en un momento en que Volkswagen luchaba por reactivar las ventas en Estados Unidos. El entonces presidente ejecutivo Ferdinand Piech presionó hasta conseguir revivir y modernizar el diseño distintivo del Beetle iniciado por su abuelo, Ferdinand Porsche.

El resultado fue un recambio generacional en toda regla con el lanzamiento de un nuevo escarabajo, esta vez con un completo restyling que no incluía ninguna relación en aspectos mecánicos con la generación original. Eso sí, el diseño se inspiraba en el modelo Tipo 30, un estilo retro que introducía el techo alto, la inclinación de los faros delanteros o las luces traseras de forma redondeada. La primera generación del New Beetle llegó hasta 2011 y al año siguiente se presentó la segunda, que es la que se ha mantenido hasta la actualidad Ha perdido su sobrenombre “New” para volver a ser el de siempre: el Beetle a secas y en esta última versión se ha tratado de combinar la esencia del escarabajo con evidentes influencias del Golf con el loable objetivo de mantener la esencia del modelo pero haciendo un claro guiño a la deportividad.

Parece que todos los esfuerzos no han bastado para salvar de la quema a un modelo que se convirtió en símbolo de la contracultura y que a pesar de disminuir en ventas, siempre ha mantenido un espacio estelar en las citas de coches clásicos y entre los conductores que preferían sacrificar la potencia y los toques modernos de los coches más nuevos en favor de una mecánica más simple y, por supuesto, de ese ruido áspero del motor tan distintivo. No en vano estamos ante el vehículo más vendido y longevo de la historia de la automoción.

Su despedida será triste, sin duda, aunque la hará por la puerta grande, ya que la producción finalizará con dos ediciones especiales, que incluirán cromados adicionales, nuevas llanta de iluminación ambiental de tres colores en el interior. ¿Quién sabe? quizá en poco tiempo nos sorprenda una versión eléctrica del Beetle, un extremo que no descartan desde la compañía alemana. Sabiendo ya oficialmente que se está preparando una versión eléctrica de su clásico minibús ID Buzz , no parecería una opción muy descabellada.

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